La limpieza de trampas de grasa es crucial para prevenir obstrucciones en tuberías, malos olores y contaminación ambiental. Si no se realiza, puede causar desbordes, proliferación de bacterias, daños al sistema de alcantarillado y sanciones económicas por incumplimiento.
En RM contamos con un servicio completo, que va más allá del mantenimiento preventivo de las trampas de grasa.
Nuestro servicio, se inicia con un adecuado asesoramiento para el uso correcto del equipo y se reduzcan las descargas fuera de los límites permisibles, contribuyendo así, al cuidado del medio ambiente.
Entre los servicios que realizamos tenemos:
Una trampa de grasas o interceptor de grasas, es un receptáculo ubicado entre las líneas de desagüe del establecimiento y las alcantarillas, que permite la separación y recolección de grasas y aceites del agua usada y evita que estos materiales ingresen en la red de alcantarillado municipal.
La trampa de grasas puede colocarse dentro o fuera del establecimiento. Habitualmente, las grandes cocinas de los restaurantes o escuelas tendrán la trampa de grasas o interceptor fuera de las instalaciones, por lo general en el suelo, mientras que las cocinas de lugares más pequeños las alojan dentro de sus instalaciones.
Las trampas de grasas reducen el flujo del agua procedente de los desagües, con lo que las grasas y el agua tienen tiempo para enfriarse. Este enfriamiento hace que las grasas se coagulen y floten en la superficie mientras que otros sólidos más pesados se depositan en el fondo de la trampa. El resto del agua pasa libremente por el alcantarillado de la ciudad.
Las grasas y aceites generan enormes trastornos al sistema cloacal municipal, razón por la cual la EPS exige que las cocinas comerciales y otros establecimientos, instalen una trampa de grasa. Estas unidades deben cumplir los criterios del REGLAMENTO DEL DECRETO SUPREMO N°021‐2009‐VIVIENDA, donde establece los VMA (Valores máximos admisibles) regulando así la cantidad de grasas y aceite que puede descargarse a los alcantarillados.
